Su idea era clara, coger un aerosol y meterlo en el horno para ver qué es lo que pasa. No hace falta ser un genio para darse cuenta que la mezcla no podía salir bien, era algo imposible para cualquier mente racional por muy joven o tonto puedas ser. Pero estos chicos no tenían el buen juicio de su lado y es que cuando te juntas con los amigos y comienzas a hacer planes estúpidos es fácil que por la presión grupal acabes haciendo algo realmente estúpido.
El resultado tendréis que verlo vosotros mismos y sacar vuestras propias conclusiones. A nosotros nos ha dejado sin palabras que haya gente así por el mundo y que se sigan riendo después de haber hecho algo de este estilo.
0 comentarios:
Publicar un comentario